La sala de exposiciones de l’Espai acogió el jueves 12 de septiembre la inauguración de la exposición ‘Elogio de la incertidumbre’, de Ángel Celada Pérez; una muestra que, en palabras del propio autor, debe entenderse como un homenaje a la propia pintura como protagonista del acto creativo, a sus fases, a sus pieles, entendidas como capas o estratos con vida propia, pero rescatando aquellas más profundas que no por ser menos visibles, son igualmente necesarias, aunque de un modo más sutil. La exposición puede visitarse hasta el día 3 de octubre.

Ángel Celada se preocupa para que su obra tenga consistencia, y una base experimental meditada y contrastada. También procura que sus composiciones tengan fuerza constructiva, pero sin dejarse sobornar por el equilibrio compositivo y apostando también por el descaro y el atrevimiento, y por alardes gráfico-plásticos. Para considerar la obra acabada, el artista necesita ver poesía, necesita saber que la obra “funciona” y ha adquirido vida propia.

El soporte sobre el que trabaja Celada es tabla sobre bastidor, que le permite este ritual de incisiones y desgarros necesarios para bucear hasta las entrañas de la materia, añadiendo destellos figurativos o tipográficos, no por necesidad, sino por juego, capricho y desconcierto. También añade collages, “que a veces son pedazos de trabajos de mis alumnos del Instituto, pues la pintura acaba siendo un reflejo de la propia cotidianeidad, que es una de las fuentes de las que bebo, a parte de mi propio imaginario subconsciente”.

En definitiva, “mi obra se encuentra en plena fase de experimentación de las líneas de trabajo que he ido descubriendo, y se entiende mejor asociándola a un componente personal que considero necesario en este tipo de aventura plástica”, concluye Celada.